Ciudad de México, una de las mayores megalópolis de América Latina, inició este miércoles un corte de agua que durará hasta el 3 de noviembre por tareas de mantenimiento en uno de los sistemas que abastece a la ciudad.

La falta de agua en la capital mexicana, donde viven poco más de ocho millones de personas, obedece a trabajos de mantenimiento en el sistema Cutzamala, una obra de ingeniería civil que brinda agua potable a la ciudad que se suma a la que se obtiene de mantos subterráneos.

Se espera que la medida afecte a unos cuatro millones de personas en Ciudad de México y otros tres millones de habitantes del vecino Estado de México.

En algunas zonas de la capital hay ya camiones cisterna del gobierno local listos para paliar la falta de agua. Algunos de ellos son vigilados por patrullas de la policía para evitar algún incidente violento.

También hay camiones privados que ofrecen agua: 10.000 litros cuestan unos 1.700 pesos (poco más de 83 dólares) y 20.000 litros 3.200 pesos (157 dólares), aunque se teme que los precios aumenten ante una mayor demanda.

En la ciudad varias escuelas suspendieron clases mientras muchas personas prefirieron abandonar la capital aprovechando que se celebra el Día de los Muertos el próximo viernes.

"Nos esperan días de ocuparnos más de preocuparnos porque se ha generado una especie de psicosis", dijo a la radio local Ramón Aguirre, director del sistema de aguas de la capital.

"Viene una etapa donde todavía vamos a estar dando servicio de agua en el transcurso de la mañana y ya por la tarde va a estar faltando el agua", agregó.

Desde hace semanas, muchas personas comenzaron a comprar grandes recipientes conocidos como tambos para almacenar agua y prepararse para el recorte, aunque se denunció un aumento de precios ante la mayor demanda.

Sin embargo, la falta de agua no es extraña para la capital, que conforma la Zona Metropolitana del Valle de México junto con localidades cercanas del Estado de México, en donde viven en total poco más de 20 millones de personas.

Ante el tamaño de la población, abastecer a la capital de agua ha sido un reto y por años las autoridades han explotado los mantos subterráneos, lo que ha provocado que partes de la ciudad se hundan.

Además, el crecimiento de la mancha urbana ha provocado que cada vez sea más difícil reabastecer esos mantos con agua de la lluvia.

A ello se suma el estado de la infraestructura, pues se estima que cerca del 40% del agua de la capital se pierde en fugas que en muchas ocasiones tardan tiempo en ser reparadas.

Por eso, muchas zonas de la ciudad como Iztapalapa, en donde vive 1,8 millones de personas, están acostumbrados a recibir el agua a través de camiones cisterna cada dos o tres días.